viernes, 11 de mayo de 2012

Al Padre Juan y a su Pan Nuestro

Noticia al Padre Juan en Información San Fernando
 
05/05 · 23:08 · Paco Melero
No se puede usted imaginar la memoria tan grande que tenemos los locos para aquellas cosas que nos interesan y sobre todo para las que nos llegan directas al corazón.Entendimiento tendremos poco, voluntad la precisa, pero en memoria nos tienen que dar de comer aparte. ¿Por qué estaba yo diciendo esto? Ah, ya sé. Hace unos días, concretamente el 1 de mayo, hizo un año que murió el padre Juan, fundador de la Asociación EL PAN NUESTRO y persona buena y sensata donde las haya. Parece mentira cómo pasa el tiempo, pero los días se nos van escurriendo de las manos y solamente nos quedamos con lo puesto, con los recuerdos y con más cañaíllas parados que nunca. Es esta sangría la que menos para y la que está haciendo de esta vida un auténtico infierno para muchas familias. Siempre tuvo el padre Juan la esperanza de que la cosa tendría que ir a mejor y de que la cantidad de criaturas necesitadas que se acercaba al Pan Nuestro iría disminuyendo poco a poco, porque el progreso se inventó para avanzar, que para retroceder ya están los cangrejos. Hizo mal los cálculos, porque la cosa ha ido de mal en peor hasta llegar a ser crítica para demasiada gente. Cada vez son más los que necesitan ayuda y cada vez hasta las ollas tienen que comprarse más grandes y por tanto más caras.

No lo digo yo, sino que según todas las Escrituras, Evangelios, pensamientos divinos…, el padre Juan, si existe el cielo, porque está comprobado que el infierno lo tenemos aquí, está hospedado en él con toda seguridad y con prioridad absoluta. Y tiene que estar allí, porque entendió perfectamente que no basta con pegarse golpes de pecho, ni decir Señor, Señor, ni hacer el candado como muchos hacen creyendo que las llaves del Paraíso se consiguen oliendo mucho a incienso y bebiendo el agua bendita de las pilas bautismales. Y no hay peor lector que el que no quiere leer, pero los que creen en lo que dicen los Evangelios tendrán que reconocer que allí la cosa está superclara, aunque después los llamados cristianos hacen muy poco hincapié en aquellas palabras que desde luego dejan el tema visto para sentencia. Pasarán al cielo los que dieron de comer a los necesitados, los que visitaron a los enfermos, los que dieron de beber a los sedientos…Muchos no se enteran y prefieren leer y saborear otros pasajes más vistosos y menos comprometidos. El padre Juan supo comprender los textos sagrados, los asimiló y se dedicó por entero a la tarea de socorrer a los más necesitados. A sabiendas de que no somos eternos, fundó una Asociación, para que, cuando llegara la hora de su muerte, siguiera trabajando como Dios manda (nunca mejor dicho).
Desde su fallecimiento, hace ahora un año, la Asociación ha seguido luchando sin su fundador y con una mayor afluencia de necesitados. Su Presidenta Gema Pery sigue haciendo llamamientos para que todo el que pueda ofrezca su ayuda. Pide ropa, víveres, donativos, actos y todo lo que se pueda hacer. Ya sabemos que si en este mundo hubiera justicia plena no haría falta la caridad, pero también sabemos que, si la justicia es ciega, más ciego es el estómago cuando necesita comida.
Por eso este loco, dentro de su locura, entiende que toda la ayuda es poca en esta lucha por ayudar al prójimo que con más urgencia lo requiere. Y desde luego, si el Ayuntamiento tiene que ayudar a alguien en la medida de sus posibilidades, es a esta Asociación, aunque sepa que los pobres no suelen votar.
Desde estas líneas y desde este manicomio deseo recordar con veneración al padre Juan y darle ánimos a la Asociación EL PAN NUESTRO ofreciéndole toda la ayuda que de este pobre loco pudiera necesitar

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